viernes, 30 de abril de 2021

9. Poétlica

Entre otras muchas cosas, la poética se sostiene en una materialidad que permite su circulación entre los vericuetos de las sociedades. Su tránsito es expresión a veces fugaz y otras más permanente entre comunidades, instituciones y otros seres aislados que caminan por la cornisa de las relaciones sociales. El destino de un trabajo se extiende al umbral de los talleres y de ahí queda expuesto a tensiones y jaloneos de una vida común. El juicio, la clasificación, la valoración, entre otras envestiduras que caen sobre la obra, se acoplan unas con otras desbordando su interior y quedando cubierta con una maraña de intereses diversos que caen espesamente sobre la materialidad. El juicio público desnuda la interfaz de las recepciones múltiples que extiende las textualidades que gravitan sobre las obras. Distintos tipos de afrontamientos, desde distintas partes y posiciones son las evidencias que esgrimen las apropiaciones de los intereses que dinamizan la historicidad del quehacer. La poética existe en la experiencia social donde aquedan marcadas las huellas de su trayectoria sobre arenas movedizas que llevan el ritmo de su vitalidad. Ahí está la política, atravesando los textos, entrando y saliendo sentidos, refractando bifurcaciones de posibles lecturas, apropiaciones, renuncias y monumentalizaciones que desbordan la declamación, que marcan los límites y fugas de su pronunciación.   


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